El priánik es una de las golosinas rusas más antiguas y se ha convertido en una verdadera tarjeta de presentación del país.

El nombre proviene del adjetivo priany: dulzón, aromático. Se trata de una masa que se prepara a base de harina de centeno. Los primeros priániki se denominaban «pan de miel» y aparecieron aproximadamente en el siglo IX hechos con una mezcla de harina de centeno, miel como ingrediente principal,  y zumo de frutas del bosque.

Para darle un sabor especial, además de miel y especias, se le añade nueces, pasas o mermelada. Se suelen presentar en láminas de formas recortadas, rectangulares u ovaladas, en la parte superior de la cual puede haber algún dibujo o motivo decorativo.

Entre los siglos XVII y XIX, el arte de los priániki era muy popular. En cada localidad se preparaban de acuerdo con las recetas tradicionales del lugar y las recetas pasaban de generación en generación. El priánik más famoso de Rusia se produce en la ciudad de Tula.

Paulatinamente, la producción artesanal fue sustituida por la producción a máquina en cadena, aunque hasta ahora se pueden encontrar algunos dulces de fabricación manual.