Mes: julio 2017

Iconos religiosos (Иконы)

Los iconos religiosos son obras de arte del cristianismo oriental (principalmente en forma de cuadro) en los cuales se representa a figuras bíblicas como Jesús, María, los santos, los ángeles, o pasajes de la Biblia. Durante la oración, el creyente ora en la presencia del icono, pero no a él directamente. Los cristianos ortodoxos los veneran, mas no la idolatran.

Generalmente, el icono es una pintura sobre un panel plano, pero también puede ser en relieve y estar hecho de metal, pintado en madera, esculpido en piedra, bordado, hecho en papel, mosaico, repujado, entre otras técnicas pictóricas. Los colores tienen una fuerte simbología: el dorado es el color de Dios y su luz; el rojo es el color del amor y la vida, pero al mismo tiempo es el color de la sangre y el sufrimiento, y por eso los mártires son representados con ropajes de color rojo; el blanco es el color de la pureza divina y la santidad; el azul es el color del cielo y del otro mundo; el verde es el color de la naturaleza y la juventud y se usa a menudo en los iconos dedicados a la Navidad.

La diferencia principal entre los iconos y la pintura de temática religiosa es que el icono es un objeto sagrado que está presente durante la oración, y no funge como objeto meramente de contemplación.

La tradición de la pintura de iconos religiosos se desarrolló mayormente en el Imperio bizantino, principalmente en la ciudad de Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía). Posteriormente, se expandió a otras regiones bajo influencia de la Iglesia ortodoxa.

En Rusia, el uso y fabricación de iconos comenzó en la época de Rus de Kiev, posterior a la cristianización de esta región por Vladimiro I de Kiev en 988. Al principio, todos los pintores eran griegos porque en el Imperio Bizantino ya existía esta tradición. El primer iconógrafo ruso fue el monje del Monasterio de las Cuevas de Kiev, Alipi, quien falleciera en 1114.

Los iconos conservados más antiguos, son de los siglos VI y VII, y muchos de ellos se encuentran en el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí.

En la tradición de la Iglesia ortodoxa, existen testimonios de iconos que son milagrosos. Según la doctrina ortodoxa, se entiende que los milagros son ejecutados por Dios a través de los iconos.

En las familias, los iconos religiosos tienen un gran valor y pasan de generación en generación. En muchos hogares rusos hay un rincón dedicado a la oración, generalmente orientado hacia el oeste y donde reposan todos los iconos.

En la actualidad, y ante la fuerza del cristianismo ortodoxo en Rusia, las técnicas antiguas de elaboración de iconos continúan.

Diario de Rusia, el viaje de John Steinbeck y Robert Capa

‘Diario de Rusia’ es el fruto del largo viaje del escritor John Steinbeck (Premio Nobel 1962, Premio Pulitzer 1940) y el fotógrafo Robert Capa (premio World Press Photo) por la URSS, en 1947. Su objetivo no era político, sino intentar comprender el corazón del pueblo soviético, a través de la observación y convivencia en la vida cotidiana. De hecho, un elemento constante y humorístico recae en el conflicto permanente que mantuvieron los autores con la censura soviética, que se negaba a creer que no tuvieran motivaciones políticas ocultas. Pero este libro es también un diario. Steinbeck intercala los comentarios sobre Rusia con los pormenores de sus viajes, la convivencia con el fotógrafo Robert Capa y sus reflexiones personales.

Moscú, Stalingrado, Kiev, Tbilisi forman parte de las etapas que componen el viaje y de esa panorámica que pretende ser un resumen de la vida en la URSS. Cada lugar es distinto porque las personas viven de manera particular en cada uno de ellos.

Desde la preparación del viaje, las solicitudes de acceso, la compañía permanente de alguien del Partido y el nerviosismo ante las potenciales negativas, se entremezclan con las sobremesas en la provincia de Ucrania, la descripción tan detallada de la belleza de Tbilisi, Georgia, las pláticas y los cuestionamientos en torno a la literatura americana y rusa, las cenas y los abundantes brindis en distintos círculos.

Con buen humor y una prosa ligera, este libro de viaje realizado por dicha dupla de grandes nombres, nos permiten asomarnos a un país que ya no existe, pero cuyo espíritu sigue vivo en las personas que lo crearon, lo defendieron y aún forman parte de él.

 

Robert Capa y John Steinbeck

Duelo en Rusia (Дуэли в России)

Los duelos eran enfrentamientos entre dos adversarios, regulados por un código particular. Era una declaración por parte de uno de los combatientes (en voz alta) para responder a un insulto hecho a su honor. Se procuraban las condiciones más justas y equitativas para el combate.

El primer duelo conocido en Rusia se libró en 1666 entre dos oficiales: el escocés Patrick Gordon y el mayor inglés Montgomery, ambos en el servicio ruso. Aunque la costumbre de los duelos “clásicos” se desconocía en el ámbito ruso, este precedente hizo que la princesa Sofía, que gobernaba el país de facto, los prohibiera.

De igual manera, el emperador Pedro I prohibió y determinó la condena a muerte para quien apadrinara y tuviera pretensiones de librar un duelo.

Sin embargo, en la época de Catalina II, la juventud noble, que ya no estaba obligada a servir en la administración pública o el Ejército, comenzó a hablarse de asuntos del honor. Posteriormente, el fenómeno fue resumido por el general Lavr Kornílov en estas palabras: “El alma, a Dios; el corazón, a la mujer; el deber, a la patria; el honor, a nadie”.

Durante más de dos siglos los duelos fueron parte de la vida y de la literatura rusa. Los duelos rusos destacaban por su tremenda crueldad, a diferencia de lo que ocurría en otros países, con frecuencia perecían ambos contrincantes.

A pesar de los correspondientes artículos del Código Penal y del Reglamento Militar, la sociedad rusa (y con frecuencia las autoridades) “toleraban” los duelos. El emperador Pablo I se pronunció a favor de que los gobernantes europeos solucionaran sus disputas por medio de duelos.

Grandes poetas rusos como Alexandr Pushkin, Mijaíl Lérmontov, Alexandr Griboyédov, Nikolái Gumiliov, Maximilián Voloshin, el político ruso (presidente de la III Duma de Estado y ministro de Defensa del Gobierno provisional de Kérenski) Alexandr Guchkov y muchas otras personas de renombre o menos conocidas construyeron la sangrienta historia de los duelos en Rusia. El gran escritor ruso Alexander Pushkin murió consecuencia de las heridas causadas en un duelo.

La revolución rusa de 1917 cerró esta época. Tras el golpe del Estado bolchevique, los mejores intelectuales y oficiales rusos, con su espíritu de dignidad y honor personal, cayeron en la guerra civil o tuvieron que emigrar. Por su parte el Estado bolchevique declaró que tales conceptos como el deber y el honor eran vestigios del “pasado zarista”. Muy pronto la función de los duelos fue sustituida por las denuncias a los comités del partido o a la Policía secreta, mientras que el pragmatismo estatal se impuso sobre el sentido del honor.

La nobleza fue reemplazada por el fanatismo en unos y la prudencia en otros.

 

Golubtsy (Голубцы)

Dentro del carácter tradicional y hogareño que caracteriza a la cocina rusa, el golubtsy tiene un lugar especial. Sin embargo, su origen radica en los dolma, un plato típico del Cáucaso y de Grecia, elaborado a base de hojas de vid rellenas de carne. Cuando estos pueblos se establecieron en Rusia, la col sustituyó a las hojas de vid debido al clima de la región, y la vaca sustituyó al cordero que se utilizaba en el sur.

Sin embargo, el nombre tiene influencia de la cocina francesa, haciendo referencia a la costumbre de cocinar palomas envueltas en hojas de col. Golub significa paloma en ruso.

Los golubtsys pueden tener diversos rellenos, desde diferentes tipos de carne, a especias, granos, setas o verduras. La versión rusa de estos rollos de col por lo general consta de carne picada mezclada con arroz o trigo envuelto en hojas de col y guisado bañados en crema agria y salsa de tomate cocinado. Con el fin de ahorrar tiempo hay otra variación de ese plato llamado «golubtsy lenivye» (rollos de col perezoso). En ese caso, el repollo se pica y se mezcla con la carne picada y arroz así que no hay necesidad de envolver cada albóndiga en una hoja de col.