Mes: abril 2019

Kaliningrado (Калининград)

Kaliningrado dispone de importantes industrias de fabricación, transporte marítimo, pesca y los productos relacionados con el ámbar. Moscú ha declarado que convertirá a la región en «la Hong Kong de Rusia».

Kaliningrado es una ciudad portuaria de Europa Oriental perteneciente a Rusia tras su anexión en 1945. Es el único puerto ruso del mar Báltico que está libre de hielo durante todo el año. Por lo tanto, desempeña un papel importante en el mantenimiento de la Flota del Báltico.

Es capital del óblast de Kaliningrado, que ocupa 15 100 km² , se encuentra aislado del resto del territorio ruso, con fronteras al norte y al este con Lituania y al sur con Polonia, ambas miembros de la Unión Europea (UE).

Königsberg, antiguo nombre de esta ciudad, fue posesión prusiana hasta la unificación alemana, de la que pasó a formar parte. Tras la Primera Guerra Mundial, el territorio de la Prusia Oriental, junto con Königsberg, quedó aislado de Alemania por el corredor polaco y la ciudad libre de Danzig. Durante la Segunda Guerra Mundial, concretamente en la ofensiva del Vístula-Óder entre enero y abril de 1945, se libraron duros combates en los alrededores de la ciudad entre el Ejército Rojo y fuerzas defensoras alemanas, que culminaron con la derrota alemana y la captura de casi 100 000 soldados alemanes.

Al finalizar la guerra, se acordó en la Conferencia de Potsdam el reajuste de las fronteras en Europa oriental, consistente en la anexión por parte de la Unión Soviética de los territorios polacos al este del río Bug.

La Prusia Oriental, perteneciente hasta entonces a Alemania, fue dividida en dos partes: la meridional se adjudicó a Polonia, mientras que la septentrional fue anexada por la Unión Soviética, incluyendo Königsberg, que fue rebautizada como Kaliningrad, en homenaje a Mijaíl Kalinin.

Un motivo estratégico por el cual Kaliningrado fue anexionada a la Unión Soviética tras 1945 fue la constante búsqueda del estado soviético por acceder a puertos libres de hielo en invierno, tal como ocurre con el puerto de esta ciudad.

KALININGRAD, RUSSIA. The Cosmonaut Viktor Patsayev ship. (Photo ITAR-TASS / Igor Zarembo)

Kalinigrado fue una de las sedes de la Copa Mundial de Fútbol de 2018.

Fuente: Wikipedia

Kulitsch (Кулич)

El kulitsch es un pan que se prepara especialmente para la celebración de la Pascua en Rusia, como tradición de la iglesia ortodoxa rusa y de la época de los zares.

Este pan se prepara con masa dulce fermentada, yemas de huevos, mantequilla, brandy, esencia de vainilla, cardamomo, azafrán, nuez moscada, ralladura de limón y pasas. Cuando ya se ha horneado y reposado, se divide la masa en piezas de aproximadamente medio kilo, las cuales se colocan en moldes redondos de unos 14 cm de diámetro. Ya que se han enfriado, se decoran con pasas y almendras. Finalmente se escriben las letras XB (Христос воскресе, Cristo ha resucitado) con azúcar glass.

Su preparación requiere de 6-8 horas, por lo que su elaboración se cierne a fechas muy especiales.

En la actualidad, los creyentes lo preparan durante el Viernes Santo o el Sábado de Gloria, esto con el fin de que el sacerdote pueda bendecirlo antes de la noche del Domingo de Pascua.

La mañana del Domingo, el kulitsch se corta y se consume tras la misa de Resurrección, y hasta que finaliza la Cuaresma.

El kulitsch también se prepara ocasionalmente, en fiestas como la llegada del Año Nuevo, la llegada de primavera (la época de siembra), o en otoño, para celebrar la recogida de la cosecha.

Ven y Mira (Иди и смотри)

Entendí que sería una película muy brutal y, probablemente, la gente no sería capaz de verla. Hablé de esto con el coautor del guión, el escritor Alés Adamóvich, pero él respondió: «Pues que no la vean. Esto es algo que debemos dejar como legado, como evidencia de la guerra y como un alegato en favor de la paz».

Dirigida por el soviético Elem Klimóv, la película «Ven y mira» se rodó para celebrar el cuadragésimo aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, y fue producida por los estudios cinematográficos Mosfilm y Belarusfilm. El film relata a través de un niño, progresivamente endurecido por el sufrimiento, las masacres perpetradas por los nazis en Bielorrusia durante la Segunda Guerra Mundial, donde más de 620 aldeas fueron quemadas junto con todos sus habitantes.

Considerada como una de las películas más crueles sobre la guerra en la historia del cine, combina un realismo minucioso con momentos de lirismo. Klímov coescribió el guion junto a Alés Adamóvich, que luchó con los partisanos bielorrusos cuando era adolescente.

La banda sonora original es rítmicamente música amorfa compuesta por Oleg Yánchenko. Sólo en algunos momentos clave de la película se utiliza música, a veces mezclada con la música de Yánchenko —como el Danubio Azul de Johann Strauss II—. Al final, durante el montaje, se utilizó música de Richard Wagner, especialmente la Tannhäuser Overture y el Paseo de Die Walküre. La conclusión de la película utiliza la Lacrimosa del Réquiem de Mozart. La canción de marcha soviética «La guerra sagrada» también aparece en la película.

Ven y mira es ampliamente considerada como un éxito de crítica y aparece en muchas listas de las consideradas mejores películas de todos los tiempos.

Kolobok: 18 años de delicias rusas en México

Kolobok cumple su mayoría de edad en México, 18 años durante los cuales la familia Leonov ha compartido algunas de sus recetas tradicionales desde el calor de la cocina rusa con los comensales mexicanos.

El destino final era Canadá. Sin embargo, el destino marcó un rumbo distinto para los Leonov, cuando salieron de Tatarstán, en Kazán, para aventurarse en una nueva historia.

México era sólo transitorio, sin embargo, al no haber éxito en el plan hacia Canadá, comenzaron a trabajar y aprender el idioma en el día a día. La señora Olga, quien siempre ha tenido talentos culinarios, comenzó a vender empanadas en el centro de idiomas de la UNAM por sugerencia de una amiga. Después, decidió montar un puesto en la colonia Santa María la Ribera, donde la clientela aumentó al punto que decidieron emprender un negocio más estable.

Kolobok vio la luz en abril del 2001, aunque con un concepto distinto. Vasily Leonov, quien estudió Turismo, comenzó a implementar mejoras, tanto para los clientes, como para sus empleados. Eventualmente, Kolobok creció al punto de posibilitar la apertura de una segunda sucursal en Avenida Universidad, una zona de alto nivel en la Ciudad de México.

El negocio se ha diversificado, con servicio para eventos, tienda de artesanías y contenido online sobre cultura rusa. En 2018, Vasily Leonov llevó a Kolobok al siguiente nivel: una estación en el Mercado Gourmet de Polanco.

18 años de experiencias, de aprendizajes y muchos aciertos han llevado a Kolobok a posicionarse como uno de los mejores restaurantes de la Ciudad de México. La familia Leonov ha trabajado con ahínco y dedicación para llevar un poco de Rusia a los paladares mexicanos.

¡Muchas felicidades!