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El icono cristiano ortodoxo (Ортодоксальная христианская икона)

Un icono cristiano ortodoxo es un cuadro, en general de madera, en el que se pintan imágenes de Jesucristo, la Virgen, santos, ángeles o episodios de la Biblia.

La diferencia principal entre los iconos y la pintura de temática religiosa es que el icono, aun siendo una obra de arte, es un objeto sagrado, tiene una fuerza particular y dedicada, sobre todo, para la oración, no para la simple contemplación. Al mismo tiempo, los iconos antiguos tienen también valor histórico y artístico, y muchos de ellos son obras maestras universalmente reconocidas.

Aunque el fenómeno de los iconos pintados también existe en el catolicismo, es mucho más típico en todas las iglesias ortodoxas, incluida la rusa. Sin iconos no se puede imaginar ni un templo ortodoxo, ni tampoco la casa de ningún creyente.

El florecimiento del arte de los iconos en Rusia llegó a fines del siglo XIV y comienzos del siglo XV, cuando los más famosos pintores de la Rusia antigua, Teófanes el Griego, Andréi Rubliov y Dionisio, crearon sus obras maestras.

Las obras de Rubliov (como, por ejemplo, «La Trinidad») se consideran la cumbre del arte medieval ruso y están entre los objetos de mayor valor del famoso museo de arte ruso Galería Tretiakov de Moscú.

Bandejas de Zhostovo (Жостовские подносы)

La técnica de pintura en las bandejas de Zhostovo, la cual se realiza en el poblado homónimo ubicado a 30 kilómetros al norte de Moscú, se ha consolidado desde hace más de dos siglos como un arte popular que combina la pintura y el laqueado.

Las primeras bandejas se hicieron en Zhostovo en 1807, cuando Filipp Nikitich Vishnyakov fundó su taller. Después de mudarse a Moscú, su hermano Taras continuó con el negocio familiar. Yegor Vishnyakov comenzó la fabricación de lacas de papel maché y metal en la aldea de Ostashkovo a 2 km de Zhostovo en 1815, y Osip Filippovich Vishnyakov, cuyo nombre se asocia con el florecimiento de la artesanía, abrió su taller en 1825.

Para la elaboración de esta artesanía, son tres personas las que intervienen: un herrero, que producía el utensilio; un espadín, que cubría la bandeja con una capa de tierra, y un pintor. Después de que la bandeja secaba, se cubría con laca.

En la técnica Zhostovo se usan siempre pinceles redondos, y el trabajo debe iniciarse desde el centro de la superficie a pintar, una vez definido cuál será la composición elegida de entre las tres principales: centro, guirnalda o ramillete. Es en la zona central donde se agruparán las figuras de mayor tamaño, para ir disminuyendo hacia la parte exterior. Para un correcto uso de la técnica, debe cuidarse el sombreado y la combinación apropiada de colores claros y oscuros para conseguir el efecto de profundidad deseado.

Podemos observar una influencia de las técnicas utilizadas en las Miniaturas de Fedoskino, por ejemplo, los motivos sobre los cuales se pintaba como eran los carruajes de troika, fiestas de té y escenas de personajes rústicos. Sin embargo, con el tiempo se fue definiendo el estilo actual de composiciones florales decorativas.

El arte de Zhostovo tuvo dificultades durante la década de 1920 y 1930 debido a lo reacio de las corrientes soviéticas, de cierta manera incompatibles con las características de estos ornamentos. Aún así, en 1940, la escuela vocacional Fedoskino abrió un departamento de pintura Zhostovo para entrenar a jóvenes artesanos.

En la década de 1960 comenzó una nueva etapa que continúa hasta nuestros días, en la cual diversos artistas especializados en esta técnica han recibido el honorable título de Artista Emérito de Rusia, además de que sus obras se conservan como tesoro nacional y son exhibidas por los principales museos nacionales.

 

Esmalte de Rostov (Финифть)

La técnica de pintura con esmalte sobre metal ha dado lugar a la creación de hermosas piezas, que en algún momento de la historia, buscaron ser falsificadas. Sin embargo, el exquisito detalle en el trabajo, así como la durabilidad del revestimiento de vidrio y demás materiales, le brindan a la pintura con esmalte de Rostov un brillo y una pureza de colores especiales.

Este arte popular existe desde el siglo XVIII en la ciudad de la región de Rostov Yaroslavl. Una técnica similar, realizada en esmalte blanco, se desarrolló también en Vologda durante el siglo  XVII. Es una antigua técnica para decoración de objetos metálicos, en siglos recientes mediante el uso de esmalte vidriado, y en períodos antiguos mediante el uso también de incrustaciones de piedras preciosas, vidrio, y otros materiales.

Posterior a un cuidadoso proceso de pintura, la pieza debe introducirse en hornos, ya que el esmalte adquiere el color deseado después de la cocción con aditivos para los que se utilizan sales metálicas . Por ejemplo, las adiciones de oro dan al vidrio un color rubí, azul cobalto y  verde cobre.

Los materiales requeridos para las obras en esmalte de Rostov incluyen el cobre, como la base de la placa del esmalte, el latón, joyas de esmalte, las cuales se conforman por vidrio de plomo transparente y opaco, y se utilizan, para el revestimiento decorativo de productos. Y claro, las pinturas refractarias, que por sus características, mantienen el color en altas temperaturas.

Actualmente, en la ciudad de Rostov Veliki, ubicada en el Anillo de Oro de Moscú , puedes visitar el museo dedicado exclusivamente a este arte.

Foto de Sergei Mijáilovich Prokudin-Gorskii

Iconos religiosos (Иконы)

Los iconos religiosos son obras de arte del cristianismo oriental (principalmente en forma de cuadro) en los cuales se representa a figuras bíblicas como Jesús, María, los santos, los ángeles, o pasajes de la Biblia. Durante la oración, el creyente ora en la presencia del icono, pero no a él directamente. Los cristianos ortodoxos los veneran, mas no la idolatran.

Generalmente, el icono es una pintura sobre un panel plano, pero también puede ser en relieve y estar hecho de metal, pintado en madera, esculpido en piedra, bordado, hecho en papel, mosaico, repujado, entre otras técnicas pictóricas. Los colores tienen una fuerte simbología: el dorado es el color de Dios y su luz; el rojo es el color del amor y la vida, pero al mismo tiempo es el color de la sangre y el sufrimiento, y por eso los mártires son representados con ropajes de color rojo; el blanco es el color de la pureza divina y la santidad; el azul es el color del cielo y del otro mundo; el verde es el color de la naturaleza y la juventud y se usa a menudo en los iconos dedicados a la Navidad.

La diferencia principal entre los iconos y la pintura de temática religiosa es que el icono es un objeto sagrado que está presente durante la oración, y no funge como objeto meramente de contemplación.

La tradición de la pintura de iconos religiosos se desarrolló mayormente en el Imperio bizantino, principalmente en la ciudad de Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía). Posteriormente, se expandió a otras regiones bajo influencia de la Iglesia ortodoxa.

En Rusia, el uso y fabricación de iconos comenzó en la época de Rus de Kiev, posterior a la cristianización de esta región por Vladimiro I de Kiev en 988. Al principio, todos los pintores eran griegos porque en el Imperio Bizantino ya existía esta tradición. El primer iconógrafo ruso fue el monje del Monasterio de las Cuevas de Kiev, Alipi, quien falleciera en 1114.

Los iconos conservados más antiguos, son de los siglos VI y VII, y muchos de ellos se encuentran en el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí.

En la tradición de la Iglesia ortodoxa, existen testimonios de iconos que son milagrosos. Según la doctrina ortodoxa, se entiende que los milagros son ejecutados por Dios a través de los iconos.

En las familias, los iconos religiosos tienen un gran valor y pasan de generación en generación. En muchos hogares rusos hay un rincón dedicado a la oración, generalmente orientado hacia el oeste y donde reposan todos los iconos.

En la actualidad, y ante la fuerza del cristianismo ortodoxo en Rusia, las técnicas antiguas de elaboración de iconos continúan.