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El icono cristiano ortodoxo (Ортодоксальная христианская икона)

Un icono cristiano ortodoxo es un cuadro, en general de madera, en el que se pintan imágenes de Jesucristo, la Virgen, santos, ángeles o episodios de la Biblia.

La diferencia principal entre los iconos y la pintura de temática religiosa es que el icono, aun siendo una obra de arte, es un objeto sagrado, tiene una fuerza particular y dedicada, sobre todo, para la oración, no para la simple contemplación. Al mismo tiempo, los iconos antiguos tienen también valor histórico y artístico, y muchos de ellos son obras maestras universalmente reconocidas.

Aunque el fenómeno de los iconos pintados también existe en el catolicismo, es mucho más típico en todas las iglesias ortodoxas, incluida la rusa. Sin iconos no se puede imaginar ni un templo ortodoxo, ni tampoco la casa de ningún creyente.

El florecimiento del arte de los iconos en Rusia llegó a fines del siglo XIV y comienzos del siglo XV, cuando los más famosos pintores de la Rusia antigua, Teófanes el Griego, Andréi Rubliov y Dionisio, crearon sus obras maestras.

Las obras de Rubliov (como, por ejemplo, «La Trinidad») se consideran la cumbre del arte medieval ruso y están entre los objetos de mayor valor del famoso museo de arte ruso Galería Tretiakov de Moscú.

La Virgen de Vladimir (Владимирская икона)

El icono de Vladimir se ligó tan profundamente a la vida religiosa del pueblo ruso, que eventualmente se estableció costumbre de coronar delante de él los zares de Rusia.

Las referencias al icono de la Virgen de Vladimir se remontan a 1155, cuando el Patriarca de Constantinopla, Luc Chrysoberges, obsequió el ícono al príncipe Jorge Dolgorouky, quien lo colocó en el convento de Vychgorod, cerca de Kiev.

Posteriormente, el príncipe Jorge onfió el ícono a su hijo Andrés Bogolioubsky, quien se lo llevó a Vladimir y en 1160 lo colocó en la catedral de la Asunción, que había sido construida para este fin. El ícono fue llamado entonces Nuestra Señora de Vladimir.

El 13 de abril de 1185 un violento incendio destruyó la catedral, pero el icono se salvó milagrosamente. Tiempo después fue trasladado a la catedral del Kremlin, en Moscú.

En tres ocasiones, 1451, 1459 y 1480, los tártaros amenazaron de nuevo la ciudad. Y siempre, en tales circunstancias recurrieron a su querida Madre, veneraron su icono milagroso y la ciudad fue salvada.

En 1917 comenzó la revolución. En 1919, los comunistas, ya en el poder, sacaron el icono de la catedral de la Asunción a la galería de Tetryakov, museo de pintura rusa, situado muy cerca del Kremlin.

 

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El icono más grande de Rusia (Самая большая икона России)

Ante él rezó el General Kutuzov antes de derrotar a Napoleón, y se exhibió y sacó en procesión en pleno comunismo stalinista, durante la Segunda Guerra Mundial, en Leningrado y Stalingrado, cuando al ateo régimen soviético no le importó solicitar la intercesión de la Madre de Dios contra el invasor nazi.

El icono de la Virgen de Kazán, que volviera a casa cuando el Papa Juan Pablo II lo entregó al Patriarca de Moscú en 2004, ha tenido presencia en momentos históricos decisivos para Rusia y Europa.

Este icono representa a la Santísima Virgen María como patrona y protectora de la ciudad rusa de Kazán. En Rusia existen dos grandes catedrales dedicadas a su nombre: la Catedral de Kazán de San Petersburgo y la Catedral de Kazán de Moscú.

Esta importante figura para la Iglesia Ortodoxa tiene sus orígenes en el siglo XVI, aunque el icono actual data del siglo XVIII. Fue sacado de Rusia en la segunda década del siglo XX, cuando el país estaba bajo el régimen comunista y la catedral de la Madre de Dios en Kazán fue convertida en el museo del ateísmo.

Después de muchos años perdido, el icono fue subastado en Estados Unidos, donde lo adquirió un inglés. Cuando el nuevo dueño falleció, el icono volvió a subastarse, y esta vez fue adquirido por el Ejército Azul en 1970, una organización católica mariana dedicada a promover los mensajes y la espiritualidad de la Virgen en Fátima. «En Fátima la Virgen pidió que rezáramos por la conversión de Rusia y prometió que al final su Corazón Inmaculado triunfará».

El Ejército Azul entregó el icono a Juan Pablo II en 1993, y aunque él no logró entregarlo personalmente en Rusia, el 25 de agosto de 2004 entregó a una delegación vaticana el icono de la Madre de Dios de Kazán para que lo llevara al Patriarca de Moscú.

En noviembre de 2015, el presidente de Tatarstán, Rustam Minnijánov, firmó la resolución para la reconstrucción de la Catedral del Icono de Nuestra Señora de Kazán.