La raíz etimológica de la palabra Baikal, procedente del idioma Turka, significa “lago rico” (bai, rico; kul, lago). Por ello también se conoce al Baikal como “La Galápagos rusa”; también “El Ojo azul de Siberia” y “La Perla de Siberia”.

El lago Baikal es el más profundo (1680 m), y el más antiguo del mundo (cerca de 25 millones de años). Además, alberga 23 600 km³ de agua, equivalente al 20 % del agua dulce no congelada de todo el planeta; si se extendiera uniformemente toda esta agua sobre la superficie dela Tierra, ésta quedaría cubierta por 20 centímetros de agua.

El lago ofrece múltiples panoramas a lo largo del año, desde sus aguas cristalinas en verano, que permiten ver a casi 50 metros de profundidad, hasta sus montículos de hielo durante el invierno, cuyo grosor permite la circulación de motos y camiones a través de esta carretera gélida.

Durante siglos fue un lugar considerado santo por los asiáticos, y en efecto, los chamanes de las regiones cercanas realizan algunas ofrendas y ritos en sus alrededores.

El Baikal es rico en flora y fauna, cuenta con 1.600 géneros de animales y 800 vegetales catalogados hasta el momento, así como una gran variedad de especies endémicas como la foca y el esturión del Baikal, el pez golomjanka y el cangrejo epishura.

El lago sirve como límite para dos provincias rusas: la oblast de la república de Irkutskaya de Buryatia.