Etiqueta: icono

El icono cristiano ortodoxo (Ортодоксальная христианская икона)

Un icono cristiano ortodoxo es un cuadro, en general de madera, en el que se pintan imágenes de Jesucristo, la Virgen, santos, ángeles o episodios de la Biblia.

La diferencia principal entre los iconos y la pintura de temática religiosa es que el icono, aun siendo una obra de arte, es un objeto sagrado, tiene una fuerza particular y dedicada, sobre todo, para la oración, no para la simple contemplación. Al mismo tiempo, los iconos antiguos tienen también valor histórico y artístico, y muchos de ellos son obras maestras universalmente reconocidas.

Aunque el fenómeno de los iconos pintados también existe en el catolicismo, es mucho más típico en todas las iglesias ortodoxas, incluida la rusa. Sin iconos no se puede imaginar ni un templo ortodoxo, ni tampoco la casa de ningún creyente.

El florecimiento del arte de los iconos en Rusia llegó a fines del siglo XIV y comienzos del siglo XV, cuando los más famosos pintores de la Rusia antigua, Teófanes el Griego, Andréi Rubliov y Dionisio, crearon sus obras maestras.

Las obras de Rubliov (como, por ejemplo, «La Trinidad») se consideran la cumbre del arte medieval ruso y están entre los objetos de mayor valor del famoso museo de arte ruso Galería Tretiakov de Moscú.

El icono más grande de Rusia (Самая большая икона России)

Ante él rezó el General Kutuzov antes de derrotar a Napoleón, y se exhibió y sacó en procesión en pleno comunismo stalinista, durante la Segunda Guerra Mundial, en Leningrado y Stalingrado, cuando al ateo régimen soviético no le importó solicitar la intercesión de la Madre de Dios contra el invasor nazi.

El icono de la Virgen de Kazán, que volviera a casa cuando el Papa Juan Pablo II lo entregó al Patriarca de Moscú en 2004, ha tenido presencia en momentos históricos decisivos para Rusia y Europa.

Este icono representa a la Santísima Virgen María como patrona y protectora de la ciudad rusa de Kazán. En Rusia existen dos grandes catedrales dedicadas a su nombre: la Catedral de Kazán de San Petersburgo y la Catedral de Kazán de Moscú.

Esta importante figura para la Iglesia Ortodoxa tiene sus orígenes en el siglo XVI, aunque el icono actual data del siglo XVIII. Fue sacado de Rusia en la segunda década del siglo XX, cuando el país estaba bajo el régimen comunista y la catedral de la Madre de Dios en Kazán fue convertida en el museo del ateísmo.

Después de muchos años perdido, el icono fue subastado en Estados Unidos, donde lo adquirió un inglés. Cuando el nuevo dueño falleció, el icono volvió a subastarse, y esta vez fue adquirido por el Ejército Azul en 1970, una organización católica mariana dedicada a promover los mensajes y la espiritualidad de la Virgen en Fátima. «En Fátima la Virgen pidió que rezáramos por la conversión de Rusia y prometió que al final su Corazón Inmaculado triunfará».

El Ejército Azul entregó el icono a Juan Pablo II en 1993, y aunque él no logró entregarlo personalmente en Rusia, el 25 de agosto de 2004 entregó a una delegación vaticana el icono de la Madre de Dios de Kazán para que lo llevara al Patriarca de Moscú.

En noviembre de 2015, el presidente de Tatarstán, Rustam Minnijánov, firmó la resolución para la reconstrucción de la Catedral del Icono de Nuestra Señora de Kazán.

Iconos religiosos (Иконы)

Los iconos religiosos son obras de arte del cristianismo oriental (principalmente en forma de cuadro) en los cuales se representa a figuras bíblicas como Jesús, María, los santos, los ángeles, o pasajes de la Biblia. Durante la oración, el creyente ora en la presencia del icono, pero no a él directamente. Los cristianos ortodoxos los veneran, mas no la idolatran.

Generalmente, el icono es una pintura sobre un panel plano, pero también puede ser en relieve y estar hecho de metal, pintado en madera, esculpido en piedra, bordado, hecho en papel, mosaico, repujado, entre otras técnicas pictóricas. Los colores tienen una fuerte simbología: el dorado es el color de Dios y su luz; el rojo es el color del amor y la vida, pero al mismo tiempo es el color de la sangre y el sufrimiento, y por eso los mártires son representados con ropajes de color rojo; el blanco es el color de la pureza divina y la santidad; el azul es el color del cielo y del otro mundo; el verde es el color de la naturaleza y la juventud y se usa a menudo en los iconos dedicados a la Navidad.

La diferencia principal entre los iconos y la pintura de temática religiosa es que el icono es un objeto sagrado que está presente durante la oración, y no funge como objeto meramente de contemplación.

La tradición de la pintura de iconos religiosos se desarrolló mayormente en el Imperio bizantino, principalmente en la ciudad de Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía). Posteriormente, se expandió a otras regiones bajo influencia de la Iglesia ortodoxa.

En Rusia, el uso y fabricación de iconos comenzó en la época de Rus de Kiev, posterior a la cristianización de esta región por Vladimiro I de Kiev en 988. Al principio, todos los pintores eran griegos porque en el Imperio Bizantino ya existía esta tradición. El primer iconógrafo ruso fue el monje del Monasterio de las Cuevas de Kiev, Alipi, quien falleciera en 1114.

Los iconos conservados más antiguos, son de los siglos VI y VII, y muchos de ellos se encuentran en el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí.

En la tradición de la Iglesia ortodoxa, existen testimonios de iconos que son milagrosos. Según la doctrina ortodoxa, se entiende que los milagros son ejecutados por Dios a través de los iconos.

En las familias, los iconos religiosos tienen un gran valor y pasan de generación en generación. En muchos hogares rusos hay un rincón dedicado a la oración, generalmente orientado hacia el oeste y donde reposan todos los iconos.

En la actualidad, y ante la fuerza del cristianismo ortodoxo en Rusia, las técnicas antiguas de elaboración de iconos continúan.