Categoría: Cocina rusa

Sushka (сушка)

Sushka (en ruso: сушка), en plural sushki (сушки), es un pan tradicional ruso acompañado con té. Es pequeño, crujiente, preparado de masa ligeramente dulce y comido como postre.

Para prepararlos, debe hacerse una mezcla de harina, huevo, agua y sal en una masa firme, y dejarla reposar alrededor de 30 minutos. posteriormente, cortar la masa en trozos pequeños, estirarlos en tiras de delgadas y  hacer aros uniendo las puntas. Los sushki se cocinan en agua azucarada hirviendo (1L de agua- 1.5- 2 cucharadas de azúcar) durante 1-2 minutos. Enseguida, hay que colocarlos en un horno precalentado hasta que se tornen de un marrón dorado.

En ocasiones, las sushki vienen con simientes de amapola por encima. Se habían difundido ampliamente por el país desde el siglo XIX y actualmente siguen siendo muy populares entre la población, así que podemos encontrar las sushki dibujadas en muchas pinturas que muestran las escenas de la vida nacional.

Filete Stróganoff (Филe Строганов)

El ‘Filete Stróganoff’ es un plato de la cocina rusa que recibió la gran fama internacional. En su forma más simple es un filete de carne de ternera cortado en dados y acompañado con cebollas y salsa hecha de crema agria y pasta de tomate. Hay recetas que llevan también setas entre sus ingredientes.

La historia más aceptada referente a los orígenes de este plato data del siglo XIX, cuando un chef que trabajaba para el conde Pável Aleksándrovich Stróganov, el famoso general ruso, inventó la receta durante una competición de cocina en San Petersburgo.

Tras la caída del imperio ruso, la receta se popularizó y se llegó a servir en los hoteles y restaurantes de China antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Los inmigrantes rusos y chinos hicieron que se propagara este plato a EE. UU. generando diversas variantes.

La más popular la que acompaña al filete Stróganoff con arroz y huevo. Este platillo fue muy popular durante la década de los 50.

https://www.youtube.com/watch?v=Dsy_AZtXqJA

Pelmeni (Пельмени)

Los pelmeni (en ruso: пельмени) son un plato tradicional de Rusia y muy popular entre su población, el cual se elabora con masa y relleno de pequeñas bolas de carne picada, generalmente de cerdo, de cordero o de res. En el relleno se mezclan las especias, tales como sal, pimienta, cebollas y a veces el ajo. La masa que rodea a la bola de carne se realiza con harina, huevos, agua o leche.

Los pelmeni se conservan generalmente congelados antes de ser cocinado. Se suelen preparar hervidos en agua hasta que floten en la superficie, y entonces se dejan 2-5 minutos más. Algunas recetas sugieren freír los pelmeni en una sartén después de hervir hasta que llegan a tener un color marrón o dorado, esta variante es muy aplicada a los pelmenis sobrantes tras haber pasado un día desde su primera cocción. El plato que resulta se sirve con mantequilla, crema de leche agria u otras salsas.

Antes en Rusia, especialmente en las regiones de Siberia, se tenía la costumbre de abastecer los pelmeni como reserva de toda la familia para unos meses. Actualmente, los pelmenis se compran en las tiendas, elaborados de forma industrial.

El origen de este plato no es sabido exactamente. La creencia común es que su origen se establece en Udmurtia (una región de Rusia) donde se denominaban como pelnyan, literalmente «oreja de pan» en el idioma nativo de la comarca. Desde allí el plato empezó a difundirse por otras regiones del país.

Existen documentos que afirman la existencia de pelmenis en Rusia desde el siglo XVI. Este plato fue muy popular entre los cazadores como la comida que fuese sencilla para transportar y preparar, además, en el clima frío los pelmenis podrían quedarse congelados y frescos mucho tiempo.

Los pelmenis están muy relacionados con los dumplings de la cocina polaca denominados pierogi, también son parecidos a los italianos ravioli y tortellini, a los chinos jiaozi, a los judías kreplach, a los alemanes maultaschen, al mantı de Kazajistán, Uzbekistán y Turquía.

Té (чай)

El té como bebida se menciona en los manuscritos pertenecientes a los años 2700 a.C., pero su uso como planta cultivada por los chinos se refiere al siglo IV.

Apareció en Rusia en 1638 cuando el can de Mongolia envió al zar Mijail Románov como regalo 4 pudes (medida antigua rusa de peso = 16,3 kg) de hoja de té. Medio siglo más tarde, en 1679, fue firmado con China un acuerdo de suministros regulares a Rusia que en el siglo XVIII llegaron a ser enormes, y el té iba suplantando infusiones tradicionales frutales y herbáceas.

De estos tiempos data de la aparición de los primeros samovares rusos. En 1906, Rusia importó 100 mil toneladas de té (la población del imperio contaba con 126 millones de personas según el censo de 1897). Para tomarlo se servía panadería de todo tipo: bizcochos con pasas, roscas y rosquillas, bollos, ensaimadas, pastelones, y empanadas con centenas rellenos: de legumbres, de setas, de carne y frutas.

En el norte de China, zona con la que tradicionalmente Rusia mantuvo relaciones comerciales, el té se llama “chai”, mientras que en las ciudades del sureste del país, donde solían anclar los barcos europeos, lleva el nombre de “tie” o “tii”. De aquí proviene la palabra “chai” en ruso y otras formas similares en turco, portugués y la mayoría de las lenguas eslavas y “té” o similares en la mayoría de países occidentales europeos. (Russia Today)

Los rusos suelen decir que la familia cuyos miembros no toman té juntos, tiene problemas. Ese proceso les une, pues supone charlar de lo más íntimo. Otra idea asociada es la que muestra el refrán ruso “si quieres deshacerte de los huéspedes no esperados, dales té de ayer”.

Aunque desde la introducción de la infusión en Rusia se conocía la existencia del té verde, el negro tradicionalmente gozó de mayor popularidad en Rusia. Últimamente esta infusión está cediendo cada vez más ante el café matutino y la cerveza o los cócteles vespertinos. Sin embargo, las tiendas de té nunca están vacías y en todos los hogares se puede encontrar en la cocina.

Champaña soviética (Советское шампанское)

Aunque en el extranjero piensan que en Rusia beben sólo vodka, no es así. Hoy vamos a relatarles del Champán Soviético.

Proviene de los vinos de champán producidos por el príncipe Golitsyn en su hacienda de Crimea «Novyi Svet», los cuales obtuvieron el Gran Premio en la exposición mundial de 1900 en Paris.

El creador de Champán Soviético, Antón Frolov-Bagréev, invitado a trabajar de químico en 1904 en la hacienda de los zares Abráu-Diursó, colaboró con Golitsyn. Después de la revolución bolchevique, para hacer más barata la producción de champán (según la tecnología original, el producto se fermentaba en botellas), el científico elaboró una tecnología de fermentación en cisternas: se mantenía el procedimiento clásico (champenoise) de preparación del champán, siendo mucho más bajo su costo y calidad.

Ya a finales de los años 1940 la nueva bebida se convirtió en atributo imprescindible de la mesa festiva de cada familia soviética.

Russian President Vladimir Putin makes a toast during a ceremony for receiving diplomatic credentials from foreign ambassadors in the Kremlin in Moscow, Russia, Wednesday, Nov. 9, 2016. Putin says that Moscow is ready to try to restore good relations with the United States in the wake of the election of Donald Trump.(Sergei Karpukhin/Pool photo via AP)

Vodka (водка)

El vodka, al parecer la bebida alcohólica más pura y simple de producir, es el resultado de un proceso de destilación relativamente complejo que no fue inventado hasta el siglo XV. Sin embargo, la relativa juventud del vodka —tiene unos 8000 años menos que el vino— no le impidió ganar rápidamente gran popularidad en Europa del Este y Rusia.

El difícil cultivo de la vid en climas fríos impulsó el estudio del potencial de la fermentación alcohólica de los cereales. Estas exploraciones condujeron al descubrimiento de lo que se llamaría “el vino de pan”, que se destiló por primera vez en un monasterio del Gran Ducado de Moscú y luego surgió, aparentemente, en la capital alrededor de 1440.

Además del vodka más tradicional hecho a base de cereales o de patata o de ambos, existen otros tipos de aguardiente como la kliúkovka (a base de arándanos), pertsovka (a base de pimienta), starka (de hojas de manzano o de peral) o limónnaya (de limón) entre otros. La palabra rusa “vodka” tiene la misma raíz que “vodá” (agua).

El término se consolidó entre los siglos XIV y XV y fue cambiando de sentido con el tiempo. El primer significado autónomo que tuvo fue “vino” pero en los siglos XIX-XX empezó a utilizarse para designar bebidas alcohólicas de fuerte graduación producidas por la fermentación de grano o patata.

El proceso moderno de elaboración del vodka, el sabor del cual nosotros sabemos actualmente se formó en 1936 con aprobación de su estándar del estado. El origen del vodka causó una controversia internacional a finales de la década de 1970 cuando Polonia trató de reclamar que se conocía al vodka dentro de las fronteras del Reino de Polonia mucho antes de que éste se conociera en el Imperio ruso.

El historiador Viliam Pojliobkin tardó años en investigar y confirmar que el vodka se tomaba en Moscovia en el siglo XV, mientras que Polonia no pudo probar que el vodka local se produjera antes de mediados del siglo XVI. Rusia, indiscutiblemente, ganó la disputa internacional sobre la invención del vodka y mantiene sus derechos como su bebida nacional.

La papilla de alforfón (гречневая каша)

De acuerdo con la opinión general, la papilla de alforfón ocupa el segundo lugar entre los platos más significativos de la cocina nacional rusa después de la sopa llamada Shchi (Щи).También es popular en la cocina de Bielorrusia, Ucrania y Polonia.

El alforfón tiene su origen del Asia Central. En Rusia apareció desde el siglo VII y muy rápido se extendió en el país. Su nombre en ruso Grechka (гречка) se deriva de la palabra Grecia, porque de este país el alforfón fue llevado a Rusia.

Esta planta se considera la «reina de la proteína vegetal» debido a su alto contenido en proteínas y a su gran disponibilidad. Al ser un alimento rico en lisina y en otros aminoácidos esenciales el alforfón ayuda en la lucha contra el colesterol y las enfermedades cardiovasculares.

Su contenido en vitaminas del grupo B junto con su aporte de hierro son buenos aliados contra la anemia. No contiene gluten y por ello es ideal en dietas para los celíacos.

El alforfón es un alimento energético y nutritivo. Ideal en países fríos o en invierno y es muy conveniente para personas mayores, niños y convalecientes.

Kvas (квас)

Durante siglos, el kvas ha sido la bebida preferida de los rusos en la época de los sofocantes calores estivales.

Literalmente, la palabra “kvas” quiere decir “levadura de pan”. Se trata de una bebida alcohólica fermentada muy suave (el más fuerte ronda los 2,2% de concentración alcohólica), aunque también existen variedades sin alcohol.

Su sabor resulta intermedio entre un refresco y la cerveza. Se elabora con harina de centeno y malta o también con harina de salvado y un poco de pan de centeno. La mezcla se deja fermentar en agua. A veces, durante el proceso se le añaden frutas. Gracias a las levaduras que se utilizan en su fabricación, el kvas es una buena fuente de vitamina B.

La peculiaridad de esta bebida en la gastronomía rusa es que se emplea también como base líquida para cocinar una sopa de verano tradicional llamada “okroshka”, que se sirve fría. Hoy en día, la fabricación de kvas en Rusia se ha desarrollado en una industria con un volumen de ventas de miles de millones de rublos. La fermentación se realiza en tanques de 250 000 litros. Después de pasar allí dos días, el kvas es enviado a la planta de embotellamiento.

La versión sin alcohol se produce en las cervecerías más famosas del país. Una de ellas, por ejemplo, tiene capacidad para fabricar dos millones de litros de esta bebida por día.

Schi (Щи)

El shi o schi (щи) es una sopa rusa cuyo ingrediente principal es la col, una de las plantas más fundamentales de la cocina rusa.

Con este nombre de difícil pronunciación para cualquier extranjero, se denomina una de las más famosas sopas rusas. Cuando el escritor noruego Knut Hamsun la probó, dijo que era imposible comer cualquier otra comida después de esta. Aunque sus palabras tienen una cierta exageración, la cuestión es que no se excedió tanto.

La verdad es que la sopa schi goza de una popularidad constante en Rusia desde hace un milenio. Sin ella es imposible imaginar la cocina de este país. Las primeras menciones de este plato se remontan al siglo IX.

Los gustos y las épocas han cambiado, pero las schi nunca han dejado de estar en el menú ruso, tanto de los zares como de los pobres, aunque bien es cierto que su contenido podía variar. De todos modos el ingrediente principal de esta sopa es la col (fresca o aderezada en salmuera).

Se dice que hay más de mil maneras de prepararlo. Una de las más comunes es con chucrut, o sea col agria, verduras y una proteína como res, cerdo o incluso salmón, acompañada con un toque de hoja de laurel. Como en otras sopas rusas, no puede faltar una cucharada de crema para darle sabor y espesor.

Las schi es uno de los pocos platos que no pierde su sabor durante la conservación. Al contrario, se cree que es mejor reservar la sopa durante algún tiempo; los expertos incluso afirman que la sopa congelada tiene un sabor más rico.

En los tiempos antiguos, durante el intenso frío, las schi se congelaban en una suerte de cesto especial hecho de corteza de abedul de tamaño de un balde y así se la llevaban en viajes largos. En caso que fuera necesario, cortaban un pedazo de la sopa helada, la descongelaban y comían.

La importancia del shi en la vida cotidiana de los rusos se resume en la frase «shi da kasha – pisha nasha», es decir: “el shi y la kasha – nuestra comida”. En la actualidad, el shi es una parte esencial de la dieta rusa por su sencillez, ligereza y calidad nutricional. En México, el platillo más parecido es la sopa preparada con dos tipos de col: el repollo, una especie de col verde con hojas anchas, y la lombarda, que es de color morado. Ambas, como el shi, son una receta sumamente saludable, ideal para mantenerse en forma.

(Autor: Rainer Matos)

El kisel (кисель)

El kisel es una antigua bebida rusa, rica y saludable. Se puede preparar de frutas, hortalizas, miel o grano (avena, centeno, trigo etc.).

Por lo visto, el kisel era una bebida muy valorada por los rusos, como se aprecia por su presencia en el folclore nacional, en particular en los cuentos. Así, en algunas antiguas narraciones rusas, los protagonistas llegan a países encantados donde fluyen ríos de leche con orillas de kisel.

De hecho, esa combinación de productos se consideraba un verdadero manjar. Se conoce un caso en el que el kisel salvó a toda una ciudad. En las crónicas antiguas hay un cuento que narra esta historia.

En el año 997 la ciudad de Bélgorod fue asediada por los pechenegos. Al pasar un tiempo los habitantes de la ciudad se quedaron casi sin reservas de comida y cuando ya estaban dispuestos a entregar la ciudad al enemigo, los salvó el ingenio de un anciano. Este les recomendó preparar kisel usando lo que quedaba de harina y miel, meterlo en barricas y colocarlas en los pozos de la ciudad. Después de hacerlo, los ciudadanos invitaron a los caudillos de los pechenegos a negociar y les ofrecieron beber el agua de los pozos de Bélgorod.

Al ver que en vez del agua de los pozos sacaban kisel, los pechenegos pensaron que la propia Tierra ayudaba a los habitantes de la ciudad y las reservas de comida nunca se agotarían. Los invasores decidieron no perder el tiempo y se retiraron.